Roma. Diario de viaje.


Viernes 14 de septiembre de 2007

12:45 h. Salimos del aeropuerto de Stansted, Londres. Los paisajes son maravillosos. Aunque el avión vuela muy alto, podemos ver los Alpes muy cerca nuestro, con las cumbres nevadas y todo lleno de lagos. Poco a poco, el tono de la tierra pasa del verde a los tonos ocres. Nos acercamos a Roma.
Llegamos al aeropuerto Ciampino. La primera impresión contrasta radicalmente con Londres.

Una chica de un mostrador nos vende unos billetes para un bus que nos llevará hasta la estación de Anagnina. Nos cobra por las maletas el mismo precio que si se tratasen de otro pasajero, aunque después vimos que si pagabas directamente al conductor, no se pagaba por las maletas. Nos había engañado, ahí estaba el negocio de ella. ¡Plof! ¡La primera en la frente! En Anagnina se coge el metro que te lleva a la estación Termini, que es el centro de los medios de transporte, y también zona en la que se encuentra nuestro hotel, llamado Fiorenza.

El metro de Roma sólo tiene 2 líneas, la A y la B. Supongo que cada vez que hacen excavaciones encuentran yacimientos y no debe ser fácil. Algunos trenes eran nuevos, como los de Barcelona, pero otros eran del año la polca. Fundamentalmente nos movíamos a pie y en bus, es más económico y ves el paisaje. Lo de “más económico” lo digo porque allí casi nadie pasaba el ticket por la maquinita del bus (y nosotros no ibamos a ser menos, jeje). Además los conductores no venden billetes. Los tickets del bus se compran en quioscos y estaciones de metro. Un rollo.

La zona de la Estación Termini es horrible, llena de mendigos y gente con pintas horribles. “Luis… ¿dónde me has traído? ¿En que antro me quieres meter? :S ¡Yo te mato!” El olor a pis es insoportable. Nos metimos por una calle en la que poco a poco había más y más prostitutas que hablaban en otros idiomas, se notaba que hablaban de nosotros dos. ¡Qué yuyu! Si vas a Roma el dinero siempre metido en uno de estos cinturones de tela que se llevan debajo de los pantalones. No nos robaron ningún día pero por si acaso. No hay que olvidar que es una ciudad muy turística.

16:30 h. Llegamos al hotel, que sorprendentemente está bastante bien. Vaya! Hay que pagar en efectivo. Así que nos quedamos sin dinero (luego para sacar con la tarjeta fue un rollo). El hotel muy limpio y el baño nuevo. Descansamos con una siesta de horas.

19:30 h. Salimos y descubrimos un supermercado muy cerca. ¡Bien! Esto no es como Londres, que no había supermercados, se parece más a España.

Damos una vuelta y encontramos un sitio para cenar no muy caro. Buenísimo. Luis Pizza 4 quesos y yo Gnocchi con tomate y albahaca y de postre unas lionesas con nata y chocolate para morirse.
Repuestos gracias a una comida de verdad tras tantos días de hambre, dimos un gran paseo, la plaza Venecia, la Columna Trajana, lo que queda del Foro Romano, algunas ruinas de la antigua ciudad y llegamos hasta el Coliseo. Impresionante, el edificio y el viaje a través del tiempo que se vive en Roma al ver las arquitecturas y restos. Iluminado se veía precioso pero el pobrecito muy maltratado por los años. No tenía pilas en la cámara, por eso no tengo fotos.

Llegamos al hotel tras caminar mucho más de lo que pensabamos, caímos rendidos en un sueño profundo hasta el día siguiente.

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Sábado 15 de septiembre de 2007

Pasamos por el supermercado para comprar el desayuno y algo de comida. Una anécdota graciosa… Luis pregunta a una chica del super: “¿Teneis queso en lonchas?” Y la tendera… “Qué es que – so?”, y nosotros extrañadisimos que no la entendíamos ya que lo decía muy rápido "Quéesquiso". Al final Luis dice… “Ahh! ¡Que – so – es – eso!”
Jaja. Casi me muero. XD En Italia el queso es “formaggio”, muy parecido al francés, catalán y seguro que más idiomas.
Por cierto, el queso en lonchas que es bastante difícil de encontrar, para uno que encontramos, Provolone (buenísimo), más tarde quedó hecho una masa, como se ve en una foto de más abajo... ¿Te imaginas el calor que debía hacer?

Vamos al Coliseo. Unos 12 € (aunque ya no me acuerdo concretamente) la entrada y una cola gigante. El sol es insoportable. Para colmo no llevamos dinero en efectivo ya que lo hemos gastado para el hotel y aún no hemos sacado. Vemos el Arco de Constantino y los restos de los Foros Imperiales.

Para entrar a ver más, también hay que pagar así como para conseguir una especie de teléfono que te explica cada cosa. Sinceramente creo que es indispensable ir con un guía o estudiarse un poco antes todo, de forma que puedas dar un sentido a lo que ves y además te resulte más fácil hacer una reconstrucción histórica.
Agobiadísimos por el calor y sin enterarnos mucho de qué es lo que vemos nos volvemos al hotel, pasando antes por Santa Maria degli Angeli, muy austera por fuera pero majestuosa por dentro. Se estaba más fresquito... Uhmmm!

Comemos en el hotel. Y volvemos a dormir una siesta de horas. Al despertar Luis ve en la tele los entrenamientos o no sé qué de la Fórmula 1 y cómo no… quiere verlo. ¬¬
Salimos tarde del hotel, en bus damos una buena vuelta por Roma, vamos a la zona del Trastevere. Imprescindible la visita. De noche hay buen ambiente y es el barrio dónde mejor se come.

Para volver al hotel un lío. Ni si quiera me acuerdo de si volvimos andando, en metro, bus... ¡Qué rabia no acordarme! Estábamos enfadados. Es increible cómo mi cerebro ha borrado por completo de la memoria un momento de rabia, cansancio y mal humor.
¡Ah si! Gracias a las fotos, recuerdo que volvimos andando… En el río había una especie de feria de energía solar. ¡Qué casualidad! ¡Un ambientazo más bueno! Luego había muchos puestecillos, sitios para sentarse. El río estaba sucísimo, lleno de pan de rana cubierto de botellas y todo tipo de cosas flotantes. Caminamos tanto esa noche que mis piernas funcionaban por una especie de inercia ajena a mí. Cerca del hotel compramos un helado de pistacho. En Italia se pueden encontrar los mejores helados del mundo mundial. Para disfrutar como niños... :P
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Domingo 16 de septiembre de 2007

Amanece un día espléndido. Salimos del hotel sin ningún rumbo fijo hacia Plaza de la República. Bajamos por Via Nationale, como cada día. Vemos el Palazzo delle Esposizioni. Llegamos hasta la Plaza Venecia y subimos por la Via del Corso, una de las calles más famosas de Roma (es una calle muy comercial). Llegamos hasta Plaza España, que nos decepciona pues es todas las guías y postales sale llena de flores y en realidad no hay ni una. Además está en obras y no se ve bien (dice mi madre que hace dos años también estaba en obras ¿serán las mismas o unas nuevas?).

Buscamos un sitio donde comer y todo nos parece carísimo. Finalmente en una calle escondida encontramos un sitio en el que comemos bien. Las bruschettas son los antipasti más famosos, que viene a ser como los montaditos nuestros. Nos gustaba toda la comida tanto en Roma y llegabamos siempre con tanta hambre, que no tengo fotos de ningún plato más... ¡Qué zampones somos! XD

Después de comer nos agobiamos un poco. El calor insoportable.
Vamos hasta el parque que se encuentra tras la Villa Medici, llamado Villa Borghese, al norte de Roma. Se trata de un parque muy animado, lleno de gente en bicis de una, de dos, de cuatro personas… Nos gustó mucho. No había demasiado turismo y se nota que allí van los romanos a respirar un poco de aire limpio. Además las vistas desde lo alto están bastante bien si el día es claro.

Bajamos hasta la Piazza del Popolo, que es muy bonita, merece la pena verla. Se estaba celebrando en la plazo un torneo de baloncesto y habia mucha gente. En el centro hay un obelisco y en un lado hay dos iglesias practicamente iguales.

Bajamos por Via di Ripetta y llegamos hasta un museo muy moderno, dentro se encuentra el Ara Pacis (que no vimos), en el recinto se llevaba a cabo una exposición de Valentino. Toda la gente era de la jet set. Jeje. Volvemos caminando hasta el hotel.
Yo con Luis no puedo… Que parece que le ponen un turbo para caminar. Juro que de estos momentos no tengo absolutamente ningún recuerdo. Estaba tan cansada…
Por la noche no nos apetece ir lejos, vamos a cenar a un sitio cerca del hotel. Cerca de la Estación Termini. Como ya he dicho un barrio horrible. Nos cobran carísimo y discuto con la del restaurante. La cena peor imposible. ¡Además nos han cobrado más de la cuenta!
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Lunes 17 de septiembre de 2007

Imperdonable irnos de Roma sin hacer una visita al Vaticano. Lo habíamos dejado para el lunes ya que seguramente habría menos gente que en el fin de semana. Intentamos madrugar para ir pronto. Aún así pasamos por el supermercado para comprar comida para hacer unos bocadillos.

10:00 h. El bus nos dejaba en un lateral de la Plaza de San Pedro, con sus columnas y esculturas de los Papas de la historia.

Había un montón de cola para entrar a la basílica de San Pedro así que fuimos hacia los Museos Vaticanos donde se encuentra la Capilla Sixtina que nos interesaba más. Pff! Al llegar casi nos da algo. La larga cola (foto) debía medir 1 km, aunque al principio no lo sabíamos. A paso de tortuga, junto con un grupo de españoles demasiado procupados de que no se colara nadie, esperamos pacientemente durante unas dos horas para poder entrar. La entrada creo recordar valía 12 €. Desde luego con el dinero que deben sacar en un sólo día con los miles de visitantes se podría solucionar el hambre de mucha gente, sin duda. Además por el teléfono ese que te explica el recorrido otros 6 € más, más el DNI o pasaporte que se lo quedan también.

Al principio ibamos super emocionados, poniendo todos los números de lo que ibamos viendo en el aparatito para enterarnos de todo, pero cuando vas viendo, más y más y más... la mucha gente que casi te arrastra por efecto "marea", el calor, el hambre de mediodía, etc. Acabas con un sobre-empacho de riqueza, arte cristiano, no cristiano... barroco, saturación.
Mira que a mi me gusta el arte, pero puedo decir que acabé deseando salir de allí de una vez por todas. Galerías y galerías y la Capilla Sixtina parecía no llegar nunca.


A mí me gustó especialmente Laoconte y sus hijos, ya que desde muy pequeña he sentido un interés especial por esta gran escultura del período helenístico. También me gustaron las pinturas de las Estancias de Rafael.


Todo demasiado barroco y recargado para mi gusto. No queda ni un sólo espacio en blanco en que la mano de los hombres no haya querido dejar constancia del poder y riqueza de la Iglesia. Debían sufrir abotargamiento ostentoso. ¡Qué horror!

Vimos el Museo Egipcio, que me gustó mucho. Pasas por un montón de galerías y salas. Con tapices, mapas, globos terraqueos de hace un montón de años, pinturas, esculturas, mosaicos...

Cuando finalmente llegas a la Capilla Sixtina, impresiona, pero estás tan cansada, hambrienta, agobiada..., que apenas puedes disfrutar. La escena del Juicio Final es para contemplarla con atención. Todo el techo también pintado por Miguel Angel merece la pena pero pillas una torticolis de cuidao. Hay algunos banquitos en los laterales en los que un sitio libre no dura ni 1 segundo. Una voz que parece de Gran Hermano a tropecientos decibelios elevados al cubo por la resonancia de la sala diciendo en todos los idiomas, una vez tras otra, que está terminantemente prohibido fotografíar, filmar... Terminantemente prohibido sentarse en el suelo, tumbarse, hablar. Por favor, guarden silencio. Tú, mientras esperando desesperadamente que esa VOZ que pide silencio se CALLE y te deje escuchar lo que va diciendo el telefonillo ese. Todo esto mientras los guardias van como buhos buscando a todos los que saquen una cámara. Conseguí hacer una foto clandestina, jiji, aunque sale fatal, no sé porque no quieren que la gente haga fotos, si al fin y al cabo la gente que pueda va a comprar las postales igualmente. Dinerito, dinerito... ¡cuánto les gusta!

Todavía vimos más galerías, aunque con el turbo puesto y un león en el estómago rugiendo fuerte. Y la escalera de caracol ovalada, obra de Bramante, que es preciosa.

Finalmente salimos fuera, a las tres y pico (a las 4 cierran), queremos un sitio dónde poder sentarnos y comernos los bocadillos que llevamos. No hay ni un solo banco por allí, ni un sólo trocito de naturaleza. A lejos se ve un trozo de césped. ¡Vamos! Llegamos al césped y está asqueroso de basura y toda clase de restos. Nos sentamos en un bordillo con mucha aprensión y comemos rápido. Estamos tan cansados que no vimos la catedral de San Pietro. Volvemos al hotel y descansamos durante horas.

Por la noche salimos. Todavía no habíamos visto el Panteón y yo no quería perdérmelo. Es increíble! Me encantó. Mucho más grande de lo que pensaba. Es un edificio majestuoso. Aunque era tarde y no pudimos entrar. El barrio está muy bien, calles practicamente peatonales, buen ambiente, tiendecitas... Compramos un helado. Mmm...

Llegamos hasta la Fontana di Trevi que estaba a tope de turistas. Impresionante. Y como manda la tradición tiramos una moneda, de espaldas, mientras pedimos un deseo. Aunque a mi de momento no se me ha cumplido, jeje, aunque no he puesto mucho de mi parte, la verdad. :)
Después de vuelta hacia el hotel, pasamos por San Carlos de las Cuatro Fuentes, de Borromini.
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Martes 18 de septiembre de 2007




Como el avión no sale hasta las 5, nos da tiempo a dar una vuelta antes de irnos hacia el aeropuerto. Pero el día sale chof! Nos llueve lo que no ha llovido ni en Londres ni en Roma en el último día. Suerte que ibamos preparados. Jeje.

Mañana de compras por Roma. Y fin de viaje...

Hemos visto muchas cosas, dejado de ver muchas otras. Nunca da tiempo a hacerlo todo ni a verlo todo..., ¿cuándo aprenderé? Pero sin duda alguna, ha valido la pena y me vuelvo a casa con muy buen sabor de boca. :)

Comentarios

marcela ha dicho que…
Qué bonitas fotos! Qué buen viaje... Divertidísimas las historias.
Anónimo ha dicho que…
Me voy dentro de unos dias a Roma y buscando información por Google encontré tu página... la he mirado por encima y parece que tiene un montón de información útil... la leeré con mi novio antes de partir!!
Gracias!! me copiaré de tus fotos! jejeje

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