La brutalidad aliena la razón.


Para colmo la leyenda urbana que corre a cerca de que los topillos han sido tirados desde helicópteros por ecologistas y demás. ¡Por favor, qué risa! Menos mal que esto no se dice en la tele, sólo faltaría...
Ecologistas en Acción al menos se cuestiona el problema a fondo en su web.
Hay quien dice que los topillos no son autóctonos de la zona (aunque no sé si eso es cierto) y por eso acusan a los ecologistas de haberlos transladado allí, pero eso es completamente estúpido y no saben que los ecologistas son los primeros en defender que cada especie debe permanecer en su habitat correspondiente.
No olvidemos la famosa plaga de conejos en Australia que siempre nos contaban en el cole, cuando unos ingleses tuvieron la genial idea de llevar siete parejas de conejos; y a finales de año había millones de conejos al no haber depredadores de estos, y todavía hoy en día supone un problema allí, cuentan con grandes inversiones anuales para acabar con las plagas de conejos y todo por la ocurrencia de unos tontos colonos.
Lo que no nos cuentan es la verdad.
Son muchas las causas reales, las de raíz, las que importan si queremos que estas cosas no vuelvan a suceder:
El invierno ha sido más caluroso de lo normal y ha permitido que sobrevivan más animales procreando sin cesar.
Además, los depredadores de estos pequeños animales están al borde de la extinción, zorros, lechuzas, mochuelos, águilas, aves protegidas, algunos reptiles, comadrejas, palomas, etc.
Los sistemas de cultivo actuales basados en la máxima reducción de costes y máxima producción que nada tienen que ver con el cultivo tradicional que sabe convivir con los ciclos naturales.
Hay que distinguir entre topos y topillos; los topos son insectívoros comen lombrices, gusanos, larvas y otros insectos; los topillos son herbívoros, por eso hacen daño a las cosechas.
La solución según estos hombres es el veneno o la quema de parcelas, sí, muy interesante, quemamos los topillos, quemamos su alimento y empobrecemos la tierra..., ¡excelente idea! Vale..., pues sembramos los campos de veneno, los ganaderos obligados a buscarse la vida por no poder salir a alimentar a su ganado a esos campos envenenados, matamos a todos los topillos y dentro de 10 años nos damos cuenta de que hemos acabado con todos los topillos y a su vez todos los depredadores han desaparecido también, entonces vendrá la super plaga de lombrices (por decir algo) y otra vez igual, veneno. Pronto se olvidan estos de los efectos negativos de los venenos, por ejemplo de todo lo sucedido con el DDT y sus efectos negativos inclusive para las personas. Pero da igual, al camino que vamos tendremos nuestras super patatas transgénicas, las ventas son lo que importan ¿para qué más?
Esto me recuerda a la plaga de medusas de las playas mediterráneas. El calor del agua, la pesca masiva devastadora que acaba con los depredadores. Las tortugas bobas que comen medusas en peligro de extinción... ¿Nos extrañamos aún de las plagas?
Finalmente cito un texto que me llegó por mail el día 22 de junio, de Elena Sánchez, de Valladolid, que creo que resume perfectamente la situación. Gracias por existir, al menos hay gente que es capaz de sentir lo que otros no sienten y la verdad es que es una suerte tener ese don, visto lo visto.

(...) nos encontramos a la puerta del trabajo la manifestación de los agricultores contra los topillos. (...) Un topillo intentaba huir y alguien le dió una patada lanzándolo contra la pared. No pude remediarlo. Me olvidé por completo que habría mas de 2000 tíos allí, les grité ¿¡pero qué estais haciendo!? y me lancé a salvar al topillo. Oí decir ¡que te va a morder! pero le cogí y al levantarle y ponerle en mi mano boca arriba, se meó de miedo. La sangre le salia de una pata y el rabo. Me dirigí hacia la puerta con él cuando me encontré con un tío con una caja de cartón con más topillos vivos, y el suelo con más topillos aplastados y otro agonizando en un rincón. (...) Solo oí abucheos y pitidos y gritos y un tío muy colorado gritándo en mi cara "dame tu sueldo, esto es el pan de mis hijos", una y otra vez. (...) A la salida del trabajo el sotechado transparente de encima de la puerta de entrada estaba lleno de topillos muertos. Les habían estrellado contra las paredes con tirachinas. Y a otros les habían atado a globos de helio y les habían soltado a los cielos.
No son los topillos los que arrasan nuestros campos, sino la crueldad y el sadismo de los que los pueblan, de los que han exterminado a sus depredadores: las rapaces, los zorros y las culebras. Han roto la cadena trófica, las leyes de la naturaleza, y el castigo son las plagas, pero de ellas tampoco los animales tienen la culpa, el cambio climático con sus cambios de temperatura modifican los ciclos de su vida, su reproducción y su muerte. Los humanos tienen que volver a mirar la naturaleza, no para destruirla como están haciendo, sino para integrarse con ella. A Gaia, nuestra tierra, solo le quedan dos opciones: o ella nos destruye a nosotros o nosotros la destruimos a ella (con nosotros incluidos). Seamos inteligentes: dejemos de destruir nuestra casa. Seamos uno con todos los seres que comparten con nosotros este planeta y quizá aún tengamos una oportunidad.
Comentarios
En León por suerte no hay tantos topillos como por la zona de Valladolid y básicamente es por que aquí hay mas lechuzas y otros predadores. Pero bueno si que se ven algunos cruzar las carreteras y creo que por la zona del páramo leonés si que nota su presencia.
Ahora por culpa del veneno que a un estúpido se le ocurrió utilizar contra la plaga ya no se puede comer carne de caza e incluso los peces y crustáceos de los ríos pueden estas infectados del maldito veneno....
El problema de la plaga es que básicamente apenas hay predadores. Precisamente la lechuza y el cernícalo que son dos especies en peligro...
Según leo en la web de ecologistas en acción hay Propuestas ecologistas para el control de las poblaciones de topillo
Espero que no sigan utilizando el maldito veneno por que eso afecta a todas las especies y no beneficia a nadie.
Sí yo opino igual, que la clave está en el equilibrio natural, en la cadena trófica. Tiene que haber depredadores, claro.
En fin. A ver si al año que viene se soluciona la cosa y sin sustancias ajenas y malas, ni violencia.
Sólo en la ciudad de Valencia, se calcula que las perreras matan cada año unos 3.000 perros, que se dice pronto.
Lo peor es que yo pienso que no se les da una muerte digna. Porque si no tienen dinero para alimentarlos y darles un lugar como van a "tener dinero" para pagarles una "muerte digna".
Bah! Qué rabia.